Sala

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona 
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

Miguel HERNÁNDEZ




EL PRISIONERO

Carcelera, toma la llave,
que salga el preso a la calle.

Que vean sus ojos los campos
y, tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.

Que vean a su dulce amiga,
delgada y descolorida,
sin voz, de tanto llamarle.

Que salga el preso a la calle.

Rafael ALBERTI




LOS PÁJAROS

En el árbol desnudo,
alborotan los pájaros gritando;
son pobres, y no tienen
más que su voz y su alegría,
y la derrochan.
Yo he recogido un poco de ésta
para los días más escasos.

José Jiménez LOZANO